miércoles, 20 de marzo de 2013

LA ARMADA ESPAÑOLA CONTRA LA U.S NAVY (2)


Existe una versión sobre la actuación de la escuadra española en Cuba, en la pagina web del Almirante Cervera, sobre este asunto leí con interés todo lo que en ella se publica sobre el particular. Igualmente he intentado valorar las circunstancias políticas del momento, e incluso lo acertado o no de la decisión de enviar la escuadra a Cuba en las condiciones en que se envío. Esta claro que conocer la versión de Cervera no era para mi suficiente. Después de varias consultas me reafirmé en la conclusión de que Cervera ya desde el momento de zarpar desde España carecía de la intención de enfrentarse a los buques estadounidenses, es más por sus propios escritos se pueden comprobar sus objeciones sobre la operación antes, durante y después de llegar a Cuba. Resulta normal, aún hoy en día, que lo acaecido en Cuba esté sometido a discusión, ya que el tema ha sido “ocultado” desde el principio sistemáticamente en base a muy diversos intereses y en muchas ocasiones los relatos sobre lo que sucedió se tergiversan en aras de salvaguardar una errónea concepción del honor, tanto de España como de Cervera.

Parte de sus escritos, cables y comunicados leídos y estudiados con cierto detenimiento, nos avisan de que Cervera no contaba toda la verdad sobre lo que estaba sucediendo en Cuba ni sobre sus intenciones. Entresacado rápidamente del blog 1898 Punto de Encuentro, con fuentes de “Santiago de Cuba : La Batalla que pudo no haberse perdido” de Juan Batista Gonzalez y de “El desastre Naval de 1898” de Agustín Rodríguez Gonzalez, transcribo lo siguiente :

“Cervera fue sumariado tras la contienda por la pérdida de su escuadra, siendo la causa – tras un relato de los hechos un tanto flojo por parte del fiscal- ¡¡que señaló que la conducta verdaderamente punible fue la del Colón!- sobreseída por un solo voto de diferencia en el Tribunal que la juzgó. Considerándose moralmente condenado, Cervera solicitó la publicación de los documentos que había ido atesorando incluso antes de la campaña para justificar su conducta. Algunos lectores poco avisados han considerado sus documentos como una defensa de la Armada en la guerra, cuando en realidad solo defienden su actuación y la de sus subordinados, con implícitas o explícitas condenas de sus superiores, sean estos el propio Bermejo, la Junta de Almirantes, el gobierno o el Capitán General de Cuba. Lo cierto es que el Almirante Cervera se vió beneficiado en el juicio por su valor personal…”

Aunque la lista es larga y está sobradamente documentada, en resumen se acusa a Cervera de:

1º Falta de familiarización con la táctica de cruceros y torpederos y con los supuestos tácticos y estratégicos, únicos factibles con los buques que disponía. Se llega a decir que, como mando de la Flota, “Cervera dejaba que desear”.

2º Polemizar excesivamente con las órdenes de sus superiores, tanto con el Ministro de Marina como con el Capitán General de Cuba, buscando en ocasiones el apoyo de sus subordinados directos. Esto es calificado de “muy grave” por A. R. Rodríguez, y otros incluso hablan de una actitud “cobarde y derrotista”.

3º Pasividad en la campaña, especialmente en su permanencia en Santiago de Cuba. Cervera frustró sistemáticamente todas las oportunidades que tuvo de escapar antes de que la totalidad de la US Navy le bloqueara, acabando con las posibilidades de la Escuadra a pesar de que el mismo declaró que intentaría lo contrario. Primero, antes de ser bloqueado, en los siete días que transcurrieron entre el 19 de mayo y el 26, día que se presentó Schley con su escuadra. Durante estos días no solo no demostró la menor intención de salir, sino que ambos autores coinciden en que el Almirante, que sabía perfectamente por donde se movían los yankees, faltó a la verdad cuando el 25 comunicó al gobierno que estaba bloqueado, ya que Schley llegó un día después. Incluso en el acta de 24 de mayo, dos días antes, ya se declaraba que la Escuadra “estaba bloqueada”, cuando en ese momento Sampson estaba a 24 horas de la Habana y Schley todavía en Cienfuegos, esto es, a unas de 400 millas de Santiago de Cuba.

Y luego, cuando Schley se retiró, no volviendo a la boca del puerto hasta el día 29. En esta segunda ocasión, ya con las dos escuadras yankees muy cerca pero con todas las posibilidades de salir, también se acordó, en una segunda junta celebrada ese mismo día 26, y por razones nada convincentes, quedarse en Santiago de Cuba y no tratar de aprovechar tampoco esta oportunidad. Batista dice a este respecto:

"¿Que las circunstancias no eran tan extremadas? Entonces, ¿Cómo se explica el telegrama de Cervera a Auñón, emitido solo veinticuatro horas antes, expresando agriamente "estamos bloqueados"? En cuanto a "esperar que se calme la mar", equivalía a aguardar a que toda la fuerza naval (incluída la división de Sampson, entonces todavía ausente) intensificase el bloqueo, como así sucedió. La otra ocasión aludida por Cervera tendría, forzosamente, que presentarse con mala mar aunque con más barcos enemigos, con lo que sería menos favorable que la que se había perdido".

Entiendo que este es un tema espinoso y que puede herir la sensibilidad de muchos.......familiares de Cervera, pero cada vez más estoy convencido que enviar a Cervera a Cuba al frente de la Escuadra fue un error... o quizás una maniobra sutil para terminar una guerra desigual que debía desarrollarse en ultramar sabiendo lo que Cervera iba a hacer, que bajo mi punto de vista no fue otra cosa que rendir la Escuadra. Nunca sabremos lo que hubiera pasado si la Escuadra Española hubiera cumplido lo que se espera de una flota de barcos de guerra, para lo que hicieron en Cuba mejor que se hubieran quedado en Cadiz, que es precisamente lo que quería Cervera.

Mi postura sigue siendo de desconcierto pero desde luego desfavorable a Cervera. Tampoco entiendo como se le encomienda esta misión a un militar que no tiene ninguna fe en la victoria, ni la más mínima. O quizás se envió a Cervera en base a una de sus conversaciones con la marina USA:

Del mismo foro transcribo un escrito sacado a la luz por un bisnieto de Cervera, que recoge una declaraciones del Capitán de Navío norteamericano Mahan, en un artículo publicado a raíz de la guerra en el periódico inglés The Times :

"Hace poco más de un año (algo antes de estallar la guerra) visitamos al general Cervera en La Carraca, Arsenal de Cádiz, y le dijimos: Parece que es usted el indicado por la opinión del Cuerpo para mandar la escuadra, en caso de que se declarase la guerra. En este caso -contestó- aceptaré, sabiendo, sin embargo, que voy a un Trafalgar. Y ¿cómo se podría evitar tamaño desastre? le dijimos. "Permitiéndome consumir de antemano 50.000 toneladas de carbón y 10.000 proyectiles en ejercicios. De otra manera, iremos a un Trafalgar; acuérdese de lo que le digo".


Realmente ¿ Que quería decir Cervera con lo de Trafalgar?



Benito Sacaluga

sábado, 16 de marzo de 2013

LA ARMADA ESPAÑOLA CONTRA LA U.S. NAVY (1)

En 1898 Alfonso XII es aún muy joven para reinar y la regencia es ejercida por la viuda de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo-Lorena, Praxedes Mateo Sagasta es el presidente del gobierno.

En ese año aún España conserva el dominio sobre sus colonias del Pacifico (Islas Filipinas, Islas Carolinas e Islas Marianas) y en el Mar de las Antillas ( Cuba y Puerto Rico).

La isla de Cuba representaba para España una de sus principales fuentes de riqueza y una excepcional posición estratégica, factores que  habían llevado a Estados Unidos a efectuar durante años múltiples intentos de compra de la isla a España, su situación, a tan solo 90 millas de las costas de Estados Unidos, hacía aún más consistente la intención norteamericana de apropiarse de la isla. España siempre se negó a la venta de Cuba, territorio español desde su conquista en 1492 y en la que gobernaba oficialmente desde 1513. 

CUBA

Finalmente España es expulsada de Cuba por los Estados Unidos, teniendo como telón de fondo un enfrentamiento entre la Armada Española y la Flota Naval estadounidense como consecuencia de la declaración de guerra que USA efectúa a España, tras responsabilizarla del hundimiento en la bahía de La Habana del acorazado "Maine" en febrero de 1898. La guerra finaliza oficialmente en el mes de diciembre de 1898 con la firma del Tratado de París, por el cual USA se hace cargo del control de las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que desde ese mismo momento dejan de serlo. El 1 de enero de 1899 los Estados Unidos ocupan Cuba, tanto militar como administrativamente.

Tratado de París: 
Art. 1°. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impuso el derecho internacional (...) Art 2°. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones. Art. 3°. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas (...). Art 5°. Los Estados Unidos, (...) transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas estadounidenses al ser capturada Manila.
10-12-1898

En 1902 nace la República de Cuba bajo el total control estadounidense, y la autorización para la instalación de bases militares norteamericanas, régimen que se mantiene hasta 1925 año en el que se instaura la dictadura bajo la presidencia del General Machado, dictadura que se prolonga hasta 1933, año en el que debido a las continuas huelgas y movimientos revolucionarios Machado huye del país , muy a pesar de los Estados Unidos, que rápidamente a modo de control encubierto "coloca" al frente del gobierno a Carlos Manuel de Céspedes, permaneciendo como tal hasta su destitución en noviembre de 1933 a causa del golpe de estado de Batista, un sargento que de inmediato es ascendido a coronel y nombrado Jefe del Ejercito.

En 1953, Fidel Castro inicia los primeros ataques contra el ejército de Batista, ataques y enfrentamientos militares que cuentan con la participación de Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro hermano de Fidel, enfrentamientos que concluyen en diciembre de 1958 con la huida de Batista quedando el poder en manos de los revolucionarios.

Cumpliendo lo pactado en el Manifiesto de Sierra Maestra se convocan elecciones democráticas siguiendo los dictados de la Constitución de 1940. La oposición del gobierno de EE.UU a la nueva situación es extrema desde un primer momento, y más aún a medida que se van aplicando las nuevas doctrinas políticas, situación que desemboca en la cancelación de las relaciones diplomáticas ordenada en 1961 por el presidente Eisenhower y mantenidas por su sucesor JF Kennedy.

A continuación tienen lugar los ataques aéreos con aviones estadounidenses camuflados a los aeropuertos cubanos y la invasión de la bahía de Cochinos (abril de 1961) a cargo de exiliados cubanos armados y entrenados por USA en Nicaragua, con la misión de derrocar al gobierno cubano. El ejercito cubano en solo dos días derrotó a las tropas invasoras. A partir de esa fecha Cuba estrecha sus relaciones con la Unión Soviética sobre acciones comerciales y militares, en 1962 la URSS instala bases de misiles atómicos en Cuba en respuesta a las instalaciones norteamericanas de Turquía, ambas bases se desmantelan a los pocos meses. Desde entonces hasta la fecha, Cuba soporta el bloqueo comercial y la ya histórica ambición de EE.UU de hacerse con el control de la isla.

Resulta evidente que la historia reciente de Cuba queda marcada y condicionada por la desaparición del control español, una pérdida que se produce principalmente como consecuencia de un desastre naval sufrido por la Armada Española, por aquel entonces aún considerada una de las más importantes a nivel mundial, a manos de una fuerza naval, la estadounidense, sin ningún tipo de experiencia en combate con otras flotas a lo largo de toda su historia.

Una guerra que obedece claramente a los ancestrales intereses imperialistas de USA por hacerse con el control de Cuba a cualquier precio. Pero todas las guerras necesitan de un motivo para iniciarse, y los EE.UU "encontraron" el suyo para declararsela a España.

El 25 de enero de 1898, el flamante acorazado USA "Maine" hace su entrada en el puerto de La Habana, sin comunicación previa a las autoridades españolas y con el pretexto de servir de protección a los ciudadanos norteamericanos residentes en la isla ante los disturbios que se venían produciendo, es importante conocer que los EE.UU habian declarado tres meses antes el bloqueo naval a Cuba, y que la llegada del acorazado se produce escasas semanas después de que España negara por enésima vez a los EE.UU la venta de Cuba. En respuesta a esta maniobra el gobierno español ordena al crucero "Vizcaya" que se dirija al puerto de New York

El 15 de febrero, veinte días después de su llegada a Cuba, el Maine salta por los aires como consecuencia de una tremenda explosión, la mayoría de la tripulación fallece en el acto, el grueso de la oficialidad del buque se salva al encontrarse en esos momentos en tierra, disfrutando de una fiesta ofrecida por las autoridades españolas. La prensa norteamericana difunde que las causas de la explosión se deben a la colocación por la Armada Española de una mina de gran potencia.

Se constituyen comisiones para averiguar las causas de la explosión, de nada sirvieron los argumentos de todo tipo esgrimidos por España para demostrar su inocencia en el suceso. Mientras tanto, la prensa estadounidense realizaba una feroz campaña contra España, acusándola sin ambages del hundimiento, los EE.UU finalmente deciden declarar la guerra a España a causa del incidente del Maine.

Investigaciones realizadas con posterioridad y documentos desclasificados señalan que la explosión fue producida deliberadamente por los EE.UU, para ser utilizada como excusa para la guerra con España de la que se derivaría el control de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

En mayo siguiente la flota del pacifico  de EE.UU se enfrenta con la Armada Española destinada en Filipinas, aniquilandola totalmente. A la vista de estos acontecimientos, España comienza a valorar el poder naval norteamericano y envía a Cuba un flota compuesta por los cruceros acorazados "Cristóbal Colón", "Infanta María Teresa", "Vizcaya" y "Almirante Oquendo", así como tres contratorpederos destructores : "Terror", "Furor" y "Plutón". El "Terror" no llegó a Cuba a causa de una avería debiendo quedarse fondeado en Puerto Rico. La flota española estaba al mando del Almirante Pascual Cervera Topete, al mando de la escuadrilla de contratorpederos destructores estaba el capitán de navío Fernando Villaamil .

Crucero español de la clase Vizcaya

Estados Unidos envío dos flotas a Cuba, superando a la española en número y armamento, pero con instrucciones concretas de no enfrentarse por separado con la flota española, dada la excelente valoración para el combate que de ésta se tenía.

A su llegada a Cuba Cervera ordena atracar en el puerto de Santiago de Cuba, y allí permanece agazapada, evitando el combate en mar abierto con la flota estadounidense, temerosa de la superioridad numérica enemiga. Cervera desoye las sugerencias de Villaamil sobre la posibilidad de efectuar ataques rápidos con sus destructores sobre puertos cercanos como New Orleans o Miami , a efectos de provocar que parte de la flota norteamericana partiese en defensa de sus costas, con el resultado de conseguir mayor equilibrio entre las flotas y poder entablar combate de forma inmediata. Cervera se niega e insiste en permanecer abrigado en el puerto de Santiago.

Crucero Infanta Maria Teresa

Ante la inmovilidad de la flota española, los EE.UU apostan todas sus naves en la estrecha bocana del puerto convirtiendo éste en una trampa para los buques españoles, que en caso de intentar salir a mar abierto deberían hacerlo de uno en uno y bajo el fuego de la artillería norteamericana. Esta situación se mantiene durante casi dos meses, y así hubiera seguido Cervera a no ser por las ordenes recibidas de abandonar el puerto ante la inminente llegada al mismo de la infantería norteamericana que avanzaba desde el interior de la isla.

No teniendo Cervera más remedio que salir a mar abierto, decide hacerlo a plena luz del día haciendo caso omiso a las indicaciones del capitán de navío Bustamante de hacerlo al amparo de la oscuridad de la noche. La salida la organiza Cervera ordenando que los primeros en salir sean los buques de mayor tamaño, decisión errónea ya que impidió que barcos más veloces pudieran salvar el bloqueo de la bocana y desde alta mar atacar a la flota enemiga facilitando así la salida de los navíos más grandes, pesados, lentos y de menor capacidad de maniobra. El primero en zarpar fue el buque insignia "Infanta María Teresa" en el que se encontraba Cervera, la flota norteamericana maniobró y rodeó al Infanta María Teresa cañoneandolo a placer,  a continuación proceden a destruir de forma fulminante al resto de la flota española, cuyas naves a punto de hundirse por los disparos, intentan dirigirse directamente a la costa para embarrancar. El "Cristobal Colón", que inexplicablemente cumple la misión cubana desarmado, emprende la huida para, finalmente y ante la persecución enemiga, quedar embarrancado por orden de su capitán. Todos los mandos de la Flota y la gran mayoría de los oficiales salen con vida de la "batalla".

Crucero español  semihundido en la bahía de Santiago de Cuba

Cervera siempre dio por perdida la batalla, por eso su insistencia en permanecer en puerto desde el primer momento. No sé lo que Cervera esperaba conseguir con su actitud, quizás un fin negociado del conflicto para regresar triunfalmente a España sin haber pegado un solo tiro, o llegado el momento rendir las naves al enemigo con el pretexto de evitar perdidas humanas, quien sabe...desde luego en combatir no pensaba. Lo cierto es que su decisión fue extremadamente contraproducente, debería haber asumido desde un principio que el enfrentamiento con la flota norteamericana era inevitable y haber escuchado las propuestas de sus oficiales para ocupar una situación más ventajosa, haber situado desde un principio sus naves en posición de combate y no escondidas en el puerto, todo menos lo que provocó una huida literal y forzada del puerto para que la flota enemiga jugase al tiro al blanco con los barcos españoles.

Aparte de perder Cuba, en la bahía de Santiago quedaron para siempre los cuerpos sin vida de más de 370 marineros españoles y seis buques de guerra. Los marinos hechos prisioneros por los EE.UU ascendieron a 1.670, de ellos 156 heridos de gravedad. Las bajas norteamericanas fueron exclusivamente de un muerto y dos heridos, y todos sus buques permanecieron operativos al cien por cien. Cervera fue hecho prisionero, eso sí, tratado con todos los privilegios.  Villaamil murió combatiendo a bordo del "Furor".

Tras la guerra, Cervera y sus oficiales supervivientes fueron sometidos a un procedimiento de investigación  a causa de su actitud en Cuba, ya que se les consideraba en gran parte responsables del desastre y de la destrucción de la Flota. Con Cervera, siendo como era senador, fue necesario un suplicatorio. Finalmente el proceso fue inexplicablemente sobreseído.

En 1903 Cervera, fue designado senador vitalicio, falleció en 1909 y sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando. Un buque de la Armada española llevó su nombre. 



Benito Sacaluga









domingo, 3 de marzo de 2013

EL AFÁN POR AMARRAR AL BUQUE INSIGNIA DE LA FLOTA REPUBLICANA





Crucero ligero "Libertad"
En anteriores entradas, se ha puesto de manifiesto la ligereza con la que algunos comandantes de los buques de combate y auxiliares de la Flota Republicana solicitaban al Mando de la Flota la ejecución de reparaciones de diversa índole, reparaciones cuya realización suponía en la inmensa mayoría de los casos la inmovilización del navío durante largos periodos de tiempo, con la consiguiente imposibilidad de realizar ningún tipo de misión, además de convertirse en un blanco fácil para la aviación enemiga.

Ante tales situaciones, el Mando de la Flota ordenó a la Jefatura de Máquinas de la misma la realización de un informe lo más detallado posible sobre el alcance las supuestas averías, la necesidad de su reparación, el tiempo máximo previsible para la ejecución de los trabajos y la necesidad o no de que el buque en cuestión permaneciese fuera de servicio durante las reparaciones.

No podemos olvidar que la situación era de guerra y por tanto imprescindible para el Gobierno contar con todos sus efectivos, y además en adecuado estado para el combate. También ha quedado de manifiesto la falta de colaboración por parte de los mandos de las instalaciones de tierra en aras de conseguir la rapidez y eficacia necesaria y deseada por la Jefatura de Máquinas en las labores de reparación, así como una extrema lentitud del aparato burocrático para tomar y poner en práctica las decisiones. Desde la solicitud de reparaciones por parte del comandante del buque hasta la resolución sobre la conveniencia de las mismas y su alcance podía pasar más de un mes, tiempo durante el cual,  sin estar el buque oficialmente en reparación, mantenía una situación de escasa o nula disposición para la realización de misiones en base a las deficiencias operativas que su comandante esgrimía como excusa para permanecer amarrado en puerto.

Estas situaciones alcanzan a toda la Flota, incluso a su buque insignia, el crucero "Libertad". Este crucero, antes "Príncipe Alfonso" y "Galicia" después de 1939 ya con pabellón franquista, tuvo lugar destacado en los enfrentamientos con la marina sublevada acaecidos en marzo de 1938, durante el conocido como combate naval de Cabo de Palos, en el que el "Libertad", el "Méndez Núñez" y cinco destructores consiguieron el hundimiento del crucero sublevado "Baleares", después de que éste fuese alcanzado por varios disparos de la artillería del "Libertad" y dos torpedos lanzados por el destructor "Lepanto".

Sobre este acontecimiento conviene saber que un mes antes de la batalla el comandante del crucero solicitó la ejecución de varias reparaciones en el buque, reparaciones que finalmente no se ejecutaron por no considerarse urgentes por la Jefatura de Máquinas de la Flota, circunstancia ésta que permitió al "Libertad" comandar la flota que participó en el enfrentamiento de  Cabo de Palos, en lugar de quedarse amarrado en Cartagena, como así hubiese sido de haberse aceptado por el Tcol. Sacaluga la urgencia de las reparaciones defendida por el comandante del buque.

Un mes después de la batalla, el comandante del "Libertad" vuelve a insistir en la necesidad de efectuar las reparaciones ya solicitadas en el mes de febrero y aún sin realizar.

Siguiendo órdenes del Mando de la Flota, el Tte.Coronel Maquinista Sacaluga, Jefe de los Servicios  de Inspección de Máquinas de la Flota, emite el siguiente informe en relación con las reparaciones solicitadas por el comandante del crucero, el TN Eduardo Armada Sabau:

Referente a la relación de obras que en los aparatos auxiliares del crucero “Libertad” solicitó el Mando de dicho buque a propuesta del Jefe de Máquinas del mismo en el mes de febrero último, y que el Estado Mayor de la Flota remitió a esta Jefatura para su informe, informe  que se devolvió limitando dicha relación a las obras consideradas como imprescindibles, contando para ello con el tiempo que se empleara en reparar los desperfectos del casco y superestructura y habiendo informado verbalmente a V.E. que a pesar de las deficiencias acusadas por alguno de los aparatos auxiliares que de los que se solicitaba su reparación, el buque estaba en condiciones de navegar con total seguridad.
En relación con las reparaciones y en el caso de que se llevasen a cabo, aun contando con el personal y medios suficientes, estas se demorarían más de 60 días. Aparte de estas reparaciones se ha propuesto y aceptado por el Mando el reemplazo de las tapas de los condensadores, obra esta que requiere practicar una entrada en la superestructura y protectriz para darle paso; con relación a esto último se ha comunicado  al Mando que dichas tapas no se encuentran en un estado que aconseje su cambio, ni constituye su estado ningún peligro o inseguridad, siendo por tanto su sustitución innecesaria. Como, según manifestaciones del Jefe del Ramo de  Ingenieros del Arsenal, se van a ir ejecutando las obras pedidas, sucesivamente y de modo que al recibirse la orden de alistar al buque pueda este desempeñar comisión a los siete días de recibida aquella, y habiéndose empezado a desmontar las bombas de aire de la máquina de proa, los calentadores de una sección de caldera, bombas de alimentación y achique de la misma, más los accesorios y tapas de los condensadores de proa, a tenor de todo ello esta Jefatura tiene el honor de manifestar a V.E. en este escrito lo que verbalmente ya le ha comunicado con anterioridad, esto es :
  • Que los aparatos auxiliares del crucero Libertad no exigen de modo imprescindible la reparación propuesta como consecuencia de su actual estado, y que de tener el buque que desempeñar comisión tal y como en la actualidad se encuentra no habría objeción técnica que oponer referente a su eficacia, pudiéndose navegar con total seguridad, lo cual no podría asegurarse categóricamente en el caso probable de que después de desmontados algunos de ellos hubiera que volverlos a montar precipitadamente sin haber terminado su reparación.
  • Que las obras propuestas a V.E. por el Jefe que suscribe eran de carácter necesario, pero no imprescindibles, debiendo aprovecharse para su ejecución el tiempo que el buque tuviera que estar inmovilizado para el arreglo, si así procedía, del casco y la superestructura, y siempre asegurándose antes de disponer de personal cualificado suficiente.
  • Que con respecto a las tapas de los condensadores, no se aconseja su sustitución aunque puede ser conveniente su reconocimiento mientras esté el buque inmovilizado y que en caso de observar alguna zona débil se podría reparar rápidamente como así se actuó con la del grupo de proa Er. al mismo tiempo que se aprovecharía para obtener sus dimensiones y plantillas necesarias para su construcción y que seccionándolas convenientemente puedan ser reemplazadas en caso de necesidad, sin tener que abrir paso a través de la superestructura y protectriz disminuyendo el tiempo de ejecución de los trabajos a la mitad.
  • Por último, que no conociendo esta Jefatura concreta y directamente el procedimiento que se empleará en la ejecución de las obras de máquinas, ni las que están aprobadas por el mando, como tampoco las condiciones en que se han de llevar a cabo, y temiendo en base a casos análogos precedentes que dichos procedimientos y condiciones determinen una prolongada inmovilidad del buque y lo sitúe separado del servicio bastante tiempo , es por lo que cree el Jefe que suscribe cumplir con su deber al hacerle a V,E. las anteriores puntualizaciones, limitándose esta Inspección en lo que a tales obras se refiere a observar su desarrollo y dar cuenta al mando del comienzo de cada una, su término y resultado.
A bordo “Libertad”, Cartagena 2 de mayo de 1.938
El Jefe de los Servicios de Inspección de Máquinas de la Flota


Está claro, Sacaluga llegó a tiempo para impedir que el "Libertad" quedase en dique y consiguió así que pudiese participar en el combate de Cabo de Palos, comandando la Flota y colaborando en el hundimiento del Baleares; pero los encargados de que los barcos republicanos estuviesen el mayor tiempo posible inactivos hacían valer sus galones y superioridad (Ramo de Ingenieros), y no pararon hasta que el buque insignia "Libertad" quedase finalmente inmovilizado, mientas que Sacaluga veía como una vez más todos sus esfuerzos para mantener la Flota operativa quedaban obstaculizados por el largo brazo de los quintacolumnistas. El último párrafo del informe hace evidente su enfado, y hasta impotencia, a causa de unas decisiones tomadas en contra de su criterio, y de la inexcusable exigencia de operatividad que una Marina de Guerra debe mantener, operatividad que era continuamente saboteada por cualquier medio.


Benito Sacaluga




Fuente : Archivo General de la Marina Alvaro de Bazan.