viernes, 30 de noviembre de 2012

INFORMACIÓN DE MARINA JULIO 1929



Con medio mundo afectado por la crisis económica ,la conocida por La Gran Depresión, en 1929 España se sometía a la dictadura de Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII contemplaba el panorama desde sus palacios, así era desde 1923 y aún faltaban muchos meses para que  esta dictadura pasase a manos de otro general, Dámaso Belenguer, después vino el gobierno de Juan Bautista Aznar-Cabañas y finalmente en 1931 la II Republica y la marcha del rey. Es en 1929 cuando se celebra en España el primer concurso para elegir a Miss España, resultando coronada la valenciana Pepita Samper. Fuera de España el fascismo se implanta en Italia y en Alemania se funda el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), más conocido como el partido nazi.

A falta de mejores medios, y especialmente en las ciudades donde la Marina Española tenia bases navales, eran los periódicos locales los encargados de difundir con rango de noticia oficial todo aquello que la Marina les hacia llegar para tal fin. Gracias a esta circunstancia podemos hoy a través de las hemerotecas conocer noticias y hechos que de no haber sido publicados en la prensa local estarían definitivamente fuera de nuestro alcance.

Reproduzco a continuación y literalmente la información sobre la marina publicada en El Eco de Cartagena el 29 de julio de 1929, al final de las noticias expongo el destino de algunos de los protagonistas, especialmente en lo que se refiere al Cuerpo de Maquinistas. Aquellos sobre los que no doy datos es por carecer aún de ellos.


EL ECO DE CARTAGENA
29 de julio de  1929

Información de Marina

-Desembarca del destructor Cadarso y embarca en el torpedero número “22” el Segundo Maquinista D.José Carrillo.

-Se concede el ingreso en la reserva naval (Escala de Capitanes) como Oficial Segundo de la misma al Capitan de la Mercante D.Emilio Puertolas Prado, que queda para recibir ordenes de la Comandancia de Marina de Barcelona

-Se dispone el desembarque del cañonero Lauria nombrándole Jefe de Máquinas del crucero Extremadura  al Maquinista Oficial de Primera don Benito Sacaluga Rodríguez ,el cual hará entrega de las máquinas del citado cañonero al Primer Maquinista habilitado de Maquinista Oficial de 2ª D. Juan Manzanera Gabarrón que cesará en su actual destino.

-Se ha dispuesto que se habilite Maquinista Oficial de Segunda al primer Maquinista D.Angel Vazquez de Porta, que continuará embarcado en el acorazado Jaime I.

-Se dispone se habilite de Maquinista Oficial de 2ª al Primer Maquinista D.Jose Urgorri Diaz, el que cesará en su actual destino y embarcará en el crucero Almirante Cervera.

-Se nombra jefe de Máquinas del  cañonero Lauria al Primer Maquinista habilitado de Maquinista Oficial de 2ª Don Juan Manzanera Gabarrón, que desembarcará del crucero Almirante Cervera.

-Por cumplir el 7 del entrante mes dos años consecutivos de embarco en el submarino “B2”, el Segundo Torpedista-Electricista Don Ramón Llamas Bernal, se dispone sea relevado por el igual empleo Don Arturo Barreiro Diaz que deberá desembarcar del Buque Escuela Galatea con el expresado fin.

-Se nombra como consecuencia de propuesta formulada al efecto Jefe de Estudios de los Guardia Marinas de primer año en curso practico en el acorazado Alonso XIII al Capitán de Corbeta Jerónimo Bustamante y de la Rocha.

-Se nombra Ayudante Profesor de los aprendices Maquinistas embarcados en el cañonero Lauria al Segundo Maquinista Don Manuel Fajardo Blanco, en relevo del Primer Maquinista Don Manuel Sierra Romero.

-Se declara aptos para el servicio de submarinos, a partir de la fecha en que cumplieron cuatro meses de embarco en el submarino “A3” a los marinos de barco en primera G.... Mestre y Vicente del Campo García.

-Se dispone desembarque del destructor Cadarso y pase a la Sección del Departamento de Cádiz el segundo Practicante Don Joaquín Brea Villa quien será relevado en su destino por el también segundo Practicante Don Juan Daporta García.

BUQUES DE GUERRA
Destructores
Ayer fondearon sin novedad en Cristiansend (Noruega) procedentes de Ámsterdam (Holanda) los destructores Velasco, Alsedo, Lazaga y Sánchez Barcaiztegui.
En dicho puerto permanecerán hasta el día 31 del actual.

LAS MANIOBRAS NAVALES

Como ya tenemos dicho las próximas maniobras navales de nuestra escuadra comenzaran el 20 de septiembre y terminaran el 10 de octubre próximo.
La Base Naval de Mahón intervendrá como puerto de refugio y será el lugar de aprovisionamiento de los torpederos, destructores y submarinos


EL REINA VICTORIA EUGENIA


Dentro de breves días entrará en el dique seco de carenas Reina Victoria Eugenia del Arsenal de Ferrol, el crucero del mismo nombre, para atender a limpieza de sus fondos.
Las reparaciones a que está sometido dicho buque están muy adelantadas y es probable que tome parte en las próximas maniobras navales de nuestra Flota.

PRUEBAS

Hoy han efectuado pruebas de inmersión en alta mar de las reparaciones efectuadas en este Arsenal los submarinos “A1” y “A3” escoltados por el torpedero número “6”.

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Destino de algunos de los citados, por orden alfabético :

Angel Vazquez de Porta, natural de Bermeo, nacido el 28-02-1898, ingresó en el Cuerpo de Maquinistas en 1915. Capitán Maquinista desde 1932. Sublevado. Profesor en la Academia de Maquinistas. Continuó carrera hasta General Inspector en 1960.

Benito Sacaluga Rodríguez, natural de Cádiz, nacido el 18-10-1882,ingresó en el Cuerpo de Maquinistas en 1906.Teniente Coronel Maquinista. Fiel al Gobierno. Consejo de Guerra Sumarísimo Causa 4/39.Fusilado en Cartagena el 29 de Abril de 1939.

José Urgorri Diaz, natural de Serantes, nacido el 13-04-1899, ingresó en el Cuerpo de Maquinistas en 1915.Capitán Maquinista desde 24-03-1932.Sublevado. Siguió Carrera.

Juan Manzanera Gabarrón, natural de Aguilas (Murcia), nacido el 16-02-1894, ingresó en el Cuerpo de Maquinistas en 1915. Capitán Maquinista desde 1932.En 1939 Aux. Negociado Material en la Sección de Máquinas de Ministerio de Marina. Fiel al Gobierno. Sometido a Consejo de Guerra con sentencia de Separación del Servicio. Retirado Ley 12.07.40 en DO 254/47.

Manuel Fajardo Blanco, natural de Cádiz, nacido el 16-05-1900,ingresó en el Cuerpo de Maquinistas en 1916.Jefe de Máquinas del Destructor Lazaga. Teniente Maquinista desde 1932.Fiel al Gobierno. Consejo de Guerra sin responsabilidad. Siguió carrera. Fallecido en 1944 siendo Comandante.


Benito Sacaluga

martes, 27 de noviembre de 2012

SINAIA, EL BARCO DE LA TRISTEZA



Hoy quiero hacerme eco de un artículo publicado el seis de septiembre de 2009 en el Diario de Burgos.Nos cuenta de forma resumida el papel que el buque de bandera francesa Sinaia tuvo en el transporte de los españoles republicanos que partían en busca del exilio huyendo de la represión franquista.

El Sinaia era un vapor, construido en astilleros ingleses, botado en 1924, actuó como madrina la reina Maria de Rumanía, y su nombre es en homenaje a la ciudad rumana donde tenia su residencia la reina. Estuvo siempre dedicado al trasporte de viajeros, operado por la Fabre Line de Marsella, en un principio cubriendo la ruta Marsella-NewYork. En noviembre de 1942 fue requisado por la alemania nazi y convertido en barco hospital. En 1944 fue echado a pique por los alemanes ante Marsella para servir como bloqueo. Finalmente, finalizada la contienda, en 1946, fue reflotado y desguazado.

Con una eslora de 112 metros desplazaba 8.567 toneladas. Su velocidad máxima era de 12 nudos. Tenia capacidad para 654 pasajeros.


EL BARCO DE LA TRISTEZA
R. Pérez Barredo / Burgos - domingo, 06 de septiembre de 2009


Dicen que al atravesar el Estrecho de Gibraltar se les apareció ante los ojos el perfil de la costa española, y que quienes se apostaban en la cubierta no pudieron evitar ni las lágrimas ni alguna que otra blasfemia entre dientes. El buque Sinaia alcanzó aguas atlánticas dejando tras de sí una larga estela de tristeza y melancolía que ya no se borraría nunca. La embarcación había partido de los muelles de Sète, en el sur de Francia, con rumbo al exilio. El destino era México. El país gobernado por Lázaro Cárdenas fue el primero en abrir generosamente los brazos a la marea de refugiados españoles que, huyendo del horror de la guerra, se hacinaban humillados y a la intemperie en los campos de concentración franceses. El paquebote con nombre de una aristocrática ciudad rumana fue el primero de los cientos que, durante meses, realizaron desde diversos puertos de Europa la misma travesía desconsolada.
Sin saberlo, el Sinaia se convirtió en el buque insignia del exilio, toda vez que a los 1.600 españoles (307 familias compuestas por 953 varones, 393 mujeres y el resto niños menores de 15 años) que llegaron al puerto azteca de Veracruz hace ahora 70 años les siguieron varios miles más, atraídos por la generosa y esperanzadora oferta de Lázaro Cárdenas de que hallarían en esa tierra hermana un futuro que el fascismo les había arrebatado en la propia. La política de asilo de México fue la única mano tendida que recibió el gobierno republicano. En la embarcación había mujeres, hombres y niños de todo tipo y condición, si bien destacaba el alto número de intelectuales que consiguieron un pasaje. Eligio de Mateo, sobrino de Manuel Azaña, recordaría años después que aunque había obreros cualificados y campesinos, resultaba llamativo el alto número de «cerebros». Así, había catedráticos de universidad e instituto, escritores, poetas, artistas, algún que otro político de segunda fila...
A este nutrido grupo pertenecían los tres pasajeros burgaleses que consiguieron embarcar en el Sinaia. Eran Eduardo de Ontañón, escritor, periodista y agitador cultural en el Burgos de los años 30, y el diputado nacional por esta provincia de Izquierda Republicana Moisés Barrio que viajaba junto a su esposa, Dionisia Moreno. La travesía duró 19 días. El Sinaia había sido construido en 1924 en astilleros ingleses y había cubierto numerosas rutas por todo el mundo, como la Marsella-Nueva York, o llevando grupos de peregrinos a La Meca o de soldados a las colonias africanas. Aunque hubo serios problemas de hacinamiento, el triste viaje de los refugiados españoles fue sosegado e incluso ameno gracias al espíritu de camaradería que reinó a bordo. A todos les unía la desgracia de abandonar su país, quizás para siempre, e hicieron de la necesidad virtud para, entre todos, amortiguar la sensación de dolor y tristeza por el terrible desgarro sentimental.
Como recordaría Eligio de Mateo, «en el Sinaia no hubo antagonismo ni fricciones, sino una gran fraternidad que continuaría luego en el exilio. Éramos como una gran corporación perfectamente unida, en la cual los éxitos de uno eran celebrados por todos y los padecimientos, acompañados por todos». En aquel primer viaje, organizado por el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) en colaboración con Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles (CTARE), que a bordo estuvo representado por la mexicana Susana Gamboa, se vivieron un sinfín de acontecimientos que se vivieron a flor de piel, incluidos defunciones y nacimientos. Al menos una mujer dio a luz a una niña, a la que bautizaron con el nombre de Susana Sinaia Caparrós.
Una gran actividad
El Sinaia se convirtió en una comunidad viva, que desarrolló numerosas y sorprendentes actuaciones durante el tiempo que duró el viaje. Por ejemplo, los intelectuales (periodistas, escritores y artistas) confeccionaron gracias a un mimeógrafo un periódico diario que daba cuenta de noticias captadas por radio y de cuantos sucedidos se producían a bordo, así como un capítulo dedicado a explicar las políticas del presidente Cárdenas. Dirigido por Juan Rejano y con la colaboración de Ramón Iglesia, Manuel Andújar, Juan Varea, José Bardasano, el gran poeta Pedro Garfias o Eduardo de Ontañón, entre otros, el Sinaia, diario de la primera expedición de españoles republicanos a México se convirtió en una útil y entretenida herramienta de información.
Pero hubo más: todos los días había reuniones y se celebraban conferencias sobre temas generales de historia, geografía, sociedad, economía y política de México. El burgalés Ontañón, que viajó acompañado de su mujer, la también escritora Magdalena Martínez Carreño, ofreció una titulada Vida artística y literaria de México. Para contrarrestar cualquier rapto de amargura, ni siquiera faltó la música. La Banda Madrid, en realidad la antigua banda del 5º Regimiento, dirigida por el maestro Oropesa, amenizó cada jornada con música española: pasodobles, zarzuelas, emotivas piezas regionales hicieron más llevadera la travesía.


La llegada
El Sinaia hizo únicamente dos escalas, aunque a los pasajeros no se les permitió pisar tierra. La primera fue en la isla de Madeira y la última, antes de llegar a su destino, en Puerto Rico, donde otros exiliados españoles, advertidos de la escala, hicieron llegar a bordo dinero y comida. Fue un día luminoso el 13 de junio de 1939, y aunque la tristeza había viajado en el corazón de cada refugiado español, el recibimiento que los veracruzanos dispensaron a aquella marea de hombres, mujeres y niños sería inolvidable. Miles de personas les esperaban en los muelles, las mujeres con faldas azules y camisas blancas y rojas; los hombres estrictamente vestidos de blanco tropical. Todos portaban pancartas de bienvenida, de ánimo y esperanza.
Ignacio García Téllez, ministro de Gobernación, consoló la pena española con un discurso hermoso. No os recibimos como náufragos de la persecución dictatorial a quienes misericordiosamente se arroja una tabla de salvación, sino como a defensores aguerridos de la democracia republicana y de la soberanía territorial, que lucharon contra la maquinaria opresora al servicio de la conspiración totalitaria universal. El Gobierno y pueblo de México os reciben como a exponentes de la causa imperecedera de las libertades del hombre. Vuestras madres, esposas e hijos, encontrarán en nuestro suelo un regazo cariñoso y hospitalario.
Realmente fue así: México se convirtió en el país que mejor acogió a los españoles que huyeron de la represión y la muerte tras la Guerra Civil. Entre aquel año de 1939 y 1942, cerca de 30.000 lo hicieron. De éstos, la mayoría desarrolló una actividad intelectual y laboral intensa e importantísima que sirvió para enriquecer y contribuir notablemente al desarrollo del país azteca. Eduardo de Ontañón fundó la editorial Xochitl, donde publicó biografías de insignes personajes mexicanos, y colaboró en numerosos periódicos, como El Nacional. El periodista burgalés regresó a España en 1948 y falleció en Madrid un año después. Moisés Barrio, que era ingeniero de caminos, canales y puertos y hablaba varios idiomas, participó en la construcción de infraestructuras trabajó como profesor de la Universidad Politécnica de la capital mexicana. Ya muy enfermo, regresó a España en 1975, expirando casi a la vez que el dictador que le había precipitado durante cuatro décadas a un largo y terrible exilio. Ellos al menos regresaron para morir. Otros no lo hicieron nunca. (A Fernando Ortega Barriuso).

*Fuentes: Palabras del exilio. Concepción Ruiz-Funes Montesinos y Enriqueta Tuñón. Biblioteca Miguel de Cervantes. El Sinaia, buque insignia del exilio. Asunción Doménech. La aventura de la Historia.

jueves, 8 de noviembre de 2012

LOS PAPELES DE LA GUERRA CIVIL




La fundación alemana Bundesstiftung zur Aufarbeitung der SED-Diktatur (Fundación Federal para la Reconciliación de la Dictadura) ha publicado un directorio de archivos con el título "Vademécum de Historia Contemporánea de España. De la Guerra Civil a la democracia", en el que relacionan cientos de archivos, instituciones, bibliotecas, asociaciones, museos y lugares de memoria en los que consultar documentos oficiales o adquirir información relativa al periodo comprendido entre la II República Española y la actualidad, todos ellos relacionados con la Guerra Civil Española, la Dictadura Franquista,la Transición, la Ley de Amnistía, la Ley de la Memoria Histórica y acontecimientos posteriores. 

Dicho vademécum, que consta en total de 216 páginas incorpora en sus primeras páginas la exposición de motivos que justifican su existencia y una interesante introducción cuyo texto íntegro reproduzco a continuación.

(*)Tras los regímenes dictatoriales de variado signo padecidos en el siglo XX, muchos países europeos han iniciado un proceso de reevaluación de su pasado histórico en un intento de enfrentarse a sus diferentes y complicadas experiencias. La necesidad de una reflexión crítica sobre el pasado, sin embargo, no debe de valorarse solo desde una perspectiva nacional, sino también desde la perspectiva del bien común europeo, ya que la mirada hacia los errores del pasado puede contribuir a la construcción de un mejor futuro. Desde hace varios años, también España, con el impulso de la movilización ciudadana, ha empezado el camino de la llamada “recuperación de la memoria”.
Después de la muerte de Francisco Franco en 1975, comenzó en España el proceso de transición política, uno de cuyos hechos fundamentales fue la aprobación de las leyes de amnistía, celebradas como un punto de partida para la reconciliación nacional y la reconstrucción de la convivencia democrática. La amnistía incluía todos los actos de intencionalidad política, pero también los delitos de sedición y rebeldía y los excesos y abusos de los funcionarios y agentes del orden público. En este espíritu de reconciliación y de mutuo perdón, se rehabilitaba, por lo tanto, a quienes cumplían condena o cualquier otro tipo de sanción por haber combatido al régimen franquista, como también se exoneraba de posibles responsabilidades criminales a los miembros del régimen. Se contemplaban asimismo otras prestaciones, aunque en la práctica se demostraron insuficientes: por ejemplo, se permitía a los funcionarios civiles sancionados recuperar sus puestos de trabajo y su antigüedad, pero no a los militares, quienes no serían reintegrados a sus carreras.

Indudablemente, las leyes de amnistía reflejaban la voluntad de construir una sociedad democrática sin conflictos ni enfrentamientos, pues los españoles estaban dispuestos a perdonar y dejar atrás su atribulado pasado. La disposición a perdonar se entendía como un reconocimiento de la responsabilidad de los dos bandos participantes en la Guerra Civil; sin embargo, no necesariamente significó una rehabilitación o reparación íntegra.

La amnistía fue acompañada de algunos acontecimientos de reconciliación simbólica con el pasado, como el regreso a España en 1981, procedente de Nueva York, del Guernica de Picasso, símbolo de los horrores de la guerra. Igual significado simbólico tuvo la reconversión del Desfile de la Victoria, que desde 1939 conmemoraba la victoria del llamado bando nacional en la Guerra Civil, en el Día de las Fuerzas Armadas, o la inauguración de un monumento a todos los caídos españoles en 1985 en Madrid. Sin embargo, la reconciliación no alcanzó, por ejemplo, al espacio público, lleno de símbolos de exaltación del régimen franquista. Durante los primeros dos años tras la muerte de Franco todavía se erigieron estatuas en su honor (por ejemplo, en Guadalajara). En cambio, después de 1977 diversas iniciativas para la retirada de la simbología franquista no fructificaron.
Con respeto a la memoria histórica, la Transición española despierta hasta hoy muchas controversias. Frente a quienes mantienen la existencia de un “pacto de olvido” que se extendería no solo desde la Guerra Civil hasta la Transición, sino desde la Segunda República, identificada como causa directa del conflicto, hay quienes defienden la postura de que durante la Transición ni se olvidaba, ni se callaba el pasado, excepto en la esfera política, a fin de impedir su uso como arma en la lucha política. En efecto, entre 1977 y 1996 apenas se prestó interés al pasado en el discurso político. Por el contrario, fuera de este ámbito y, en gran medida en las zonas rurales, existían grupos de personas cuyas acciones estaban relacionadas con la memoria colectiva. El objetivo primordial de estos grupos era proporcionar un sepulcro digno a los todavía desaparecidos: tan temprano como 1979 habían ya surgido asociaciones que, de una forma privada, comenzaron las exhumaciones de fosas comunes. A finales de los años noventa, se habían multiplicado las asociaciones que, además de llevar a cabo las exhumaciones, labor dificultada por la falta de medios económicos y especialistas en la materia, reivindicaban la memoria de las víctimas mediante, por ejemplo, la colocación de placas conmemorativas en lugares de memoria, y reclamaban la supresión de la simbología franquista. 

Estas numerosas iniciativas ciudadanas llevaron el debate a la sociedad, de donde se  trasladó al ámbito político. No cabía duda del derecho de los españoles a conocer su pasado. Por ello, en la medida en que existían fosas comunes sin exhumar o archivos inaccesibles, estas reivindicaciones debían atenderse desde los poderes públicos.

Así, la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados aprobó en su sesión del 20 de noviembre de 2002 una proposición no de ley en cuya virtud, además de un reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil, de la represión y del exilio, se condenaba expresamente el régimen franquista al afirmar que “nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y a la dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática”.



Tras la llegada del partido socialista al poder en el año 2004, fueron aprobadas diversas normas tendentes a la reivindicación de la memoria histórica, las cuales no estuvieron exentas de polémica, siendo tachadas de oportunistas y partidistas, polémica que, en mayor o menor medida, aún subsiste en la opinión pública española. Especialmente controvertido fue el caso de los llamados “papeles de Salamanca”, por referencia a la documentación del antiguo Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca que debía ser restituida a la Generalitat de Cataluña en virtud de la Ley 21/2005, de 17   de noviembre. Por dicha Ley también se creaba el Centro Documental de la Memoria Histórica, en el cual se integrarían los fondos del Archivo General de la Guerra Civil.


Otro hito en este proceso de reivindicación de la memoria histórica fue la declaración del año 2006, al cumplirse el 75º aniversario de la proclamación de la Segunda República y el 70º aniversario del comienzo de la Guerra Civil, como Año de la Memoria Histórica “en homenaje y reconocimiento de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la Guerra Civil, o posteriormente de la represión de la dictadura franquista, por su defensa de los valores y principios democráticos, así como de quienes, con su esfuerzo a favor de los derechos fundamentales, de la defensa de las libertades públicas y de la reconciliación entre los españoles, hicieron posible el régimen democrático instaurado con la Constitución de 1978”.

El proceso culminó con la aprobación de la llamada Ley de Memoria Histórica, cuyos objetivos eran el reconocimiento de las víctimas, la declaración de ilegitimidad de los tribunales franquistas y de las condenas impuestas, la mejora de diversas prestaciones, medidas para la localización e identificación de las víctimas, la eliminación de símbolos franquistas y el derecho de acceso a los archivos. Sin embargo, esta Ley fue criticada por imponer una versión meramente politizada de la promoción de la “memoria histórica”, que no tiene interés en la historia y no trata de revisión, sino de politización.
Con independencia de las críticas suscitadas, la Ley de Memoria Histórica no ha cumplido sus objetivos por entero, por cuanto en la práctica no ha logrado desterrar completamente ni los símbolos ni la nomenclatura del régimen franquista de los espacios públicos. El caso más controvertido quizá sea el del Valle de los Caídos. El monumento fue erigido entre 1940 y 1958, participando en su construcción presos políticos. Además de Franco y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, allí están enterrados miles de combatientes de ambos bandos en la Guerra Civil, por lo que se pretendía que fuese un sitio de reconciliación. Aun cuando forma parte del Patrimonio Nacional del Estado, desde la muerte de Franco no ha sido objeto de una evaluación crítica y educativa hasta la fecha. En 2011 fue creada una Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos con el objetivo de elaborar un informe con fórmulas para re-significar el monumento. En este informe se recomienda, entre otras cosas, la transformación del Valle de los Caídos en un lugar para la memoria de víctimas y muertos de la Guerra Civil, la creación de un Centro de Interpretación, el traslado de los restos del General Franco a otro lugar y la evitación de que los restos de José Antonio Primo de Rivera ocupen un lugar preeminente en la Basílica.

La cuestión del Valle de los Caídos refleja, no obstante, una extraña ausencia de lugares de memoria en forma de museos o centros públicos que sirvan para informar sobre el pasado histórico y, en consecuencia, transmitir y educar sobre el consenso democrático, especialmente desde el punto de vista de experiencias extranjeras como la de Alemania o la de los países postcomunistas. La mayoría de los lugares de memoria en España que pueden ser calificados como un recuerdo visual y emocional de las víctimas, sin tener en cuenta la herencia franquista que recuerda las del llamado bando nacional, son simples placas, financiadas en su mayoría por agrupaciones de víctimas de distinta orientación política e ideológica, colocadas en cementerios donde en su día se ubicaron fosas comunes.
Sorprende, por ejemplo, que los campos de concentración franquistas no hayan despertado un interés público para su museización. Desde una perspectiva nacional, dentro del panorama de sitios de memoria que existen físicamente y cumplen una función informativa y educativa, destaca Cataluña, donde el Memorial Democràtic de la Generalitat concentra sus esfuerzos, entre otros, en el mantenimiento del patrimonio histórico, creando espacios de memoria que abarcan desde museos hasta itinerarios educativos a través de la historia.
A pesar de las controversias que la Ley de Memoria Histórica despierta, no cabe duda que uno de sus logros más significativos es la regulación del derecho de acceso a los archivos públicos, cuyos fondos eran hasta entonces en gran parte inaccesibles (por ejemplo, archivos militares), lo que garantiza el cumplimento de los derechos fundamentales de información y participación, y, a su vez, permite un estudio más profundo y crítico. Las restricciones persisten en algunos casos, exigiéndose la previa aprobación por la autoridad competente de la solicitud de acceso, como sucede con los archivos dependientes del Ministerio del Interior. A pesar de estos inconvenientes, el número de publicaciones científicas es una prueba de esta importancia. También ha aumentado significativamente el número de centros de investigación académicos y no académicos dedicados a la historia reciente española. Tanto estos centros como los propios archivos hoy en día no solo promueven la investigación, sino que, a su vez, divulgan el conocimiento a través de exposiciones y bases de datos que pueden ser consultadas de forma libre y gratuita.

 Por lo tanto, a pesar de que la cultura de la memoria sigue siendo polémica e imperfecta, tras casi cuarenta años de democracia España lentamente entra en la senda de otros países europeos que se enfrentan a su complicada historia. Por ello, merece la pena conocer aquellas entidades que pretenden o incluso apoyan la evaluación crítica del pasado, así como aquellas otras que de una u otra manera contribuyen a este fin. El doble elemento comparativo de la evaluación del régimen y de la constitución de la democracia española proporciona además una interesante conexión, por ejemplo, con otros procesos similares en la Europa del Este. El Vademécum pretende así ofrecer un panorama general sobre archivos (públicos y privados), instituciones, bibliotecas, museos, sitios de memoria, asociaciones y recursos virtuales, comprometidos con el estudio de los orígenes, de la historia y de las consecuencias de la Guerra Civil, de la dictadura y de la Transición en España entre 1936 y 1981. No obstante, el Vademécum no solo debe de ser una referencia básica para los investigadores interesados en la historia y la cultura españolas del siglo XX, sino que también debe de constituir una prueba de la existencia de una memoria histórica y una cultura de la memoria que, aunque con retraso, se caracteriza por surgir de movimientos ciudadanos, con variedad de formas y especificidades regionales. En el contexto de un estudio comparado de las dictaduras europeas y de una historiografía transnacional, este Vademécum está llamado a ser una herramienta muy útil. Con la convicción de que la evaluación crítica del pasado aclara la conciencia del presente y es fundamental para la democratización de la sociedad europea, esta obra pretende también demostrar que España está llenando su hueco en el mapa europeo de la cultura de la memoria.

Ya que el Vademécum se dirige de un modo preferente al lector extranjero interesado en la historia de España, lo que no excluye que pueda resultar de ayuda o interés para el lector español, está redactado en castellano e inglés. Por lo general, se ha prescindido de incluir los nombres en las respectivas lenguas regionales como catalán, gallego o vascuence, aunque la nomenclatura oficial sea en esas lenguas. Para facilitar su consulta, el Vademécum no sigue la estructura archivística estatal, sino que se organiza según el contenido de los fondos, desde los fondos generales hasta los fondos particulares.
La documentación relacionada tanto con el conflicto bélico español como con la dictadura franquista es muy extensa. Así, los Archivos Históricos Provinciales preservan colecciones relevantes, aunque de temática similar (relacionados, por ejemplo, con instituciones del Movimiento Nacional). Por ello, se descartó incluirlos todos (viendo que hay en España 17 autonomías, 52 provincias y 2 ciudades autónomas), de ahí que se hayan limitado a aquellos con fondos de interés especial y único. El Vademécum se ciñe a indexar instituciones en España, por lo que tampoco se incluyen archivos internacionales con fondos relacionados con este período histórico. 
Para aquellos interesados, una herramienta de utilidad es el Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica (http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/portada.htm), que facilita la búsqueda según fondos documentales, archivos o incluso autoridades. Otra posibilidad la proporciona el Portal de Archivos Españoles (http://pares.mcu.es/), que permite la consulta de los fondos del Patrimonio Histórico Documental Español. 
Finalmente, la Guía de Fuentes Documentales de Archivos (http://www.mcu.es/guiafuentesdoc/cargarFiltro.do?layout=guiafuentesdoc&cache=init &language=es)  proporciona bases de datos temáticas de documentos procedentes de archivos públicos y privados de España, y de otros países europeos e iberoamericanos.
Desilusiona, sin embargo, el número de archivos eclesiásticos incluidos (capítulo 1.3.), ya que sus fondos podrían proporcionar a los investigadores un material rico y de gran variedad para el estudio del período (el Archivo del Cardenal Gomá, depositado en el Archivo Histórico General de la Diócesis de Toledo, sería solo uno de ellos). No obstante, aparte de que la información sobre sus contenidos es escasa, por lo general no se puede acceder a los documentos de los últimos 75 años.
Por el contrario, los archivos de otras instituciones (capítulo 1.4), principalmente fundaciones, en su mayoría de naturaleza privada, ofrecen amplitud de materiales documentales, audiovisuales y sonoros. Estos archivos contienen fondos, en parte digitalizados y accesibles vía internet, de los ámbitos político, sindical, cultural y económico. Además del acceso a los fondos, en ocasiones estas entidades pueden facilitar el contacto con “testigos de la época” (especialmente, aquéllas del ámbito político o sindical).
El Vademécum relaciona también centros de investigación académicos y no académicos (capítulo 3), centrados en la historia de España del siglo XX. Junto con la organización de exposiciones y conferencias, la elaboración de bases de datos online y publicaciones, muchos cuentan, asimismo, con fondos y bibliotecas especializadas.
La última parte del Vademécum está dedicada explícitamente a la memoria histórica, recopilando las más destacadas asociaciones, lugares de memoria y recursos virtuales relacionados con el tema. La cantidad de grupos y asociaciones que luchan por la memoria de diferentes grupos sociales o políticos es inabarcable. El objetivo del Vademécum fue, por lo tanto, señalar los más significativos, ofreciendo el abanico más amplio posible: desde quienes reivindican la memoria de cada uno de los dos bandos en la Guerra Civil hasta quienes reivindican la preservación de la arquitectura militar y el patrimonio histórico. Así pues, el capítulo 4 facilita una visión general, aunque limitada, de diferentes reivindicaciones, si bien en el caso de las asociaciones de supervivientes y sus familiares, éstas pueden resultar de gran ayuda para quienes buscan testigos y participantes de diferentes tendencias.
Dentro del apartado de lugares de memoria (capítulo 5), se presenta solo lo más significativo o elaborado (por ejemplo, museos o itinerarios completos), obviando las numerosas placas y las esculturas conmemorativas. Igualmente inabarcables son los recursos virtuales relacionados con la Guerra Civil y el franquismo (capítulo 6). Sin duda, internet y las nuevas tecnologías sirven de lugar conmemorativo e intentan compensar la ausencia en los espacios públicos. Dadas la multitud de estas iniciativas y las diferencias de rigor histórico en muchas de ellas, el Vademécum contempla aquellas páginas web respaldadas por entidades oficiales públicas y académicas, entre las que se comprenden bases de datos de desaparecidos y víctimas o mapas de fosas comunes.
El Vademécum compila una parte de las iniciativas surgidas alrededor de la memoria histórica, a la vez que refleja la evolución social en este tema en los últimos años. Su elaboración, sin embargo, no habría sido posible sin el entusiasmo y la colaboración de numerosas instituciones y personas, a quienes va dirigido mi más sincero agradecimiento.

(*) El vademécum puede adquirirse en :

Bundesstiftung zur Aufarbeitung der SED-Diktatur
Kronenstraße 5
D-10177 Berlin
Tel.: 0049 (0)30 23 24 72 00
Fax: 0049 (0)30 23 24 72 10
www.stiftung-aufarbeitung.de
buero@stiftung-aufarbeitung.de
Precio / Price: 5 €
Madrid, Berlin. 2012©


domingo, 4 de noviembre de 2012

LA ARMADA OLVIDA A SUS MARINOS



 "Con motivo de la festividad del Día de los Fieles Difuntos, el pasado viernes a las 11.00 horas, se celebraba en el Panteón de la Armada del Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios de Cartagena un acto de homenaje y recuerdo a los difuntos de la Armada Española.



Panteón de la Armada Española. Cementerio de los Remedios
Cartagena, costeado por el Estado.


Posteriormente, los asistentes se trasladaron Mausoleo de Isaac Peral, del mismo cementerio, donde se celebró un acto organizado por la Base de Submarinos, en recuerdo de este ilustre marino cartagenero fallecido en 1895.

Los actos fueron presididos por el Almirante Jefe del Arsenal de Cartagena , vicealmirante Fernando Zumalacárregui Luxán, acompañado por el Almirante de Acción Marítima vicealmirante Salvador Maria Delgado Moreno.

En el mismo cementerio, no muy lejos de donde se celebró el acto descrito anteriormente, se encuentra la tumba de Marinos Republicanos fusilados por el Régimen franquista.




Panteón de marinos republicanos fusilados en Cartagena por  el Régimen  franquista, una vez acabada la Guerra de España, costeado por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena


Pese a los intentos por parte de nuestra Asociación, la Marina de Guerra Española, hace oídos sordos a nuestra petición de que los Marinos Republicanos reciban el mismo trato y se les de el mismo homenaje y reconocimiento. (AMHC) (1)


El Almirante que presidió el acto lo es también del Arsenal de Cartagena, Arsenal en el cual desempeñaban su servicio a la Marina la mayoría de los republicanos que reposan en el panteón, panteón que existe gracias a Memoria Histórica de Cartagena, impulsora y responsable del ilusionante proyecto, lo que era una fosa común anónima se convirtió en una sepultura digna y los que en ella descansan están identificados. Todos ellos fusilados en el Arsenal, primero el muelle del carbón y luego el campo de deportes, fueron los escenarios elegidos para los fusilamientos que en Cartagena y de forma diaria se llevaron a cabo a partir del 29 de abril de 1939.

No es la primera vez que se intenta que la Armada dedique unos minutos a rendir homenaje a los marinos republicanos, nunca se ha conseguido a pesar de la proximidad del Panteón de la Armada a la tumba de los fusilados y a la de los marinos del "Miguel de Cervantes", unos pocos metros las separan, pero la actitud de la Armada sigue siendo la misma que mantenía en los años de la dictadura, a estos marinos que fueron fieles al gobierno legítimo se les sigue considerando culpables de rebelión militar y por tanto desprovistos de su condición de miembros de la Armada. 

La vergonzosa Ley de Amnistía les abandona. Las sentencias de los Consejos de Guerra franquistas no se anulan. Su memoria no se limpia y sus méritos no se reconocen. ¿Actúa la Armada bajo unos principios democráticos relegando a estos marinos? ¿Es constitucional que sus derechos se conculquen a causa de sus ideas políticas o religiosas? ¿Es políticamente incorrecto homenajear a marinos republicanos teniendo en cuenta que nuestra sociedad tiene como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas a un rey designado por un dictador? Si la derecha española justifica la existencia del Valle de los Caídos porque en él reposan los restos de combatientes de los dos ejércitos y a los dos se les rinde homenaje, ¿porqué no se hace lo mismo en el Cementerio de Cartagena? ¿Porqué esta falta de higiene democrática en el seno de la Armada Española?

No nos engañemos. Los herederos del franquismo, con el rey a la cabeza, no cesan de pedir que el pueblo republicano olvide los horrores de la represión franquista, que pase página, que incluso perdone a sus verdugos, que miremos al futuro y enterremos el pasado,..... mientras ellos siguen reprimiendo nuestros derechos, despreciando a las victimas y humillando a los marinos que dieron su vida por una libertad plena enfrentándose a un ejercito golpista, sublevado y  rebelado contra la Patria, pisoteando los votos de millones de españoles, aliado de los mismos regímenes fascistas y nazis (Italia y Alemania) que expandieron la guerra por medio mundo.  ¿Es posible olvidar cuando se nos sigue humillando?

Miedo. Es el miedo. Miedo a que un sencillo homenaje oficial a marinos republicanos pueda interpretarse como un reconocimiento de su condición de Caídos por la Libertad, como una aceptación oficial y pública de su condición de represaliados. ¿Os imagináis el discurso del Almirante ante la tumba de los marinos republicanos? Miedo no exento de cierto desprecio, ambos callados pero muy evidentes a través de sus actos, cobardía que se disfraza en cumplimiento de las ordenes recibidas. 

Estoy convencido, me consta,  que la inmensa mayoría de los mandos y marinería no tendría ningún problema en rendir homenaje a los marinos republicanos, pero el problema no está en ellos, el problema, la causa de todo este desprecio, hay que buscarla en las Jefaturas del Estado y del Gobierno, que lo son de todos los españoles, republicanos incluidos, pero que no permiten que se haga nada que pueda suponer , ni por asomo, la más mínima posibilidad de poner en peligro sus cargos, especialmente en lo que atañe al Jefe del Estado y a su aparato.

Mientras que en el extranjero se rinden honores de estado a los combatientes republicanos, en España se les arrincona y desprecia. ¿Olvidar? Muy difícil es olvidar tanto daño, más aún si los autores de aquello que se pretende olvidar se empeñan en arrojar sal a las heridas. En contra de lo que algunos científicos defienden el cerebro humano no está facultado para el olvido selectivo, voluntario y definitivo, menos aún si las agresiones que se pretenden olvidar, en mayor o menor medida, se siguen produciendo.



Benito Sacaluga




(1) Asociación Memoria Histórica de Cartagena