jueves, 26 de abril de 2012

ÁNGEL MARQUEZ DELGADO







Fallecimiento de Ángel Márquez Delgado
Tenemos que lamentar el inesperado fallecimiento de D.Ángel Márquez Delgado (Director de la Revista Cartagena Histórica)

24 Abril 2012 AMHCT

Este antiguo comandante de Iberia, que viajó por todo el mundo, tuvo desde niño dos grandes pasiones: los libros, en general, y la Historia, en particular.
Por eso, a su retirada de su actividad como aviador emprendió la gran aventura de difundir la Historia de manera clara y sencilla.
Historiador y editor, ha sido el director del grupo editorial Áglaya, que tanto ha contribuido a difundir la historia de manera clara y sencilla, con estilo desenfadado pero con gran seriedad y rigor.
Tras la fundación, en 2002, de la revista "Cartagena Histórica", considerada por los críticos y especialistas como la mejor revista local de historia, continuó su labor con la creación, en 2005 de "Madrid Histórico" y en 2008 de "Murcia Histórica", publicaciones, que como su antecesora cartagenera continuaron con la labor divulgativa y no elitista de la Historia.
El mundo editorial ha perdido uno de sus más serios representantes.

Desde la Asociación Memoria Histórica de Cartagena queremos hacer llegar a sus familiares y allegados nuestras condolencias por su pérdida.





BSA

miércoles, 25 de abril de 2012

QUERELLA ARGENTINA :GENOCIDIO FRANQUISTA

No es el momento de mejor popularidad de Argentina entre los españoles, no obstante y  prescindiendo de otras cuestiones la iniciativa de la Juez argentina María Romilda Servini necesariamente debe gozar del favor de los republicanos españoles y muy especialmente de las victimas del franquismo, tanto durante la guerra como en la etapa posterior.

En este sentido, reproduzco  a continuación un comunicado recibido de la Secretaria  de la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica de Galicia, válido para todo el territorio nacional.

La Querella Argentina: Genocidio franquista, que se tramita en el Juzgado de la Doctora María Romilda Servini de Cubría, fue presentada ante la Justicia Argentina el 14 de abril de 2010. Responde al principio de Justicia Universal, el mismo en el que se basó la Justicia del Estado español, a través del Juez Garzón, para juzgar los delitos de Lesa Humanidad o de Genocidio cometidos en la Argentina, así como también en Chile a Pinochet.

El mecanismo básico, dirigido a cualquier persona que pueda testimoniar de un delito de desaparición y / o asesinato de alguien durante la dictadura franquista, consiste en responder a este correo, indicando la voluntad e identidad de las personas que deseen denunciar dicho delitos. Yo, como persona encargada de recopilar todo tipo de adhesiones a esta querella, contactaré con los dos abogados argentinos que están llevando la causa en el Estado Español, Carlos Slepoy y Ana Messuti, que operan como abogados de los querellantes, pues son ellos quién coordinan y operan como apoderados de los querellantes. Y dado que la Jueza federal argentina, Servini de Cubría, tiene la intención de desplazarse al Estado español a finales de junio, tanto a la embajada argentina en Madrid, como a los consulados argentinos que hay en el Estado, para tomar declaración a todas las personas que decidan sumarse a la querella, lo único que habría que hacer, por parte de cualquier persona que manifieste su intención de unirse a la querella, sería RELLENAR y FIRMAR el impreso que se adjunta (antes del 1 de junio de 2012), y, cuando venga la Jueza Servini a Galicia (sería a Vigo que es donde está el consulado argentino), se verá la mejor manera de organizar el traslado de las personas querellantes a dicho consulado o a cualquiera de los otros lugares que piensa visitar la Jueza Argentina.

El impreso que se adjunta consiste en un escrito, indicando la identidad de la persona querellante, y una breve descripción del delito del que la persona querellante es testigo. A este escrito, si había habido, deberá acompañarse todo tipo de documentación (evidentemente fotocopiada, nunca los originales) qué pueda enriquecer la descripción del delito a denunciar. Fotos, documentos judiciales, etc. Pero si no había habido ningún documento, pues no hay ningún  inconveniente.

Si tienes la intención de participar con tu testimonio en este proceso de denuncia del franquismo, no tienes que viajar a Argentina. Puedes hacerlo desde tu casa, contestando a este correo, o llamando al teléfono 645029338 (preguntando por Rubén, y preferiblemente por las tardes, por razones laborales). Es muy importante esta denuncia, ya que luego de 40 años de dictadura, y de 35 de impunidad, no puede ser que aun sigamos caminando sobre los huesos de personas asesinadas por el régimen dictatorial de Franco, no puede ser que nuestra democracia no cierre de una vez esas heridas abiertas por el franquismo. Ya basta, ya llegó la hora de reclamar VERDAD, JUSTICIA y REPARACIÓN para todas las víctimas del franquismo.


Aguardando vuestras respuestas, recibid tod@s un fuerte abrazo.


Rubén Afonso Lobato (tfno.645029338 - tardes), Secretario de la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de la Coruña. sagutxugorri@gmail.com


FICHA DE INCLUSIÓN DE DATOS EN EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN DE LOS CRÍMENES FRANQUISTAS EN ARGENTINA

DATOS DEL FAMILIAR DEL DESAPARECIDO/EJECUTADO

APELLIDOS
NOMBRE
DNI



DOMICILIO
LOCALIDAD
PROVINCIA



CÓDIGO POSTAL
TELÉFONO
E-MAIL



PARENTESCO CON LA VÍCTIMA:


DATOS DE LA PERSONA DESAPAREDIDA / EJECUTADA

APELLIDOS

NOMBRE

Nº DNI/CÉDULA DE IDENTIDAD

FECHA DE NACIMIENTO

LUGAR DE NACIMIENTO

LUGAR DE DESAPARICIÓN/EJECUCIÓN

PROVINCIA DE DESAPARICIÓN/EJECUCIÓN


BREVE DESCRIPCION DE LOS HECHOS









AUTORIZACIÓN de la persona INFORMANTE (FAMILIAR)




________________________________________ con D.N.I. Nº _________________



AUTORIZO para incluir los datos de este documento en una lista de familiares de desaparecidos y ejecutados durante la guerra civil española y su posterior represión (1936-1975) que se pondrá posteriormente a disposición de la Juez argentina María Servini de Cubría que es responsable de la denuncia interpuesta en Buenos Aires en abril de 2010 contra los crímenes del franquismo.








Firma de la persona que autorización


, a , de 201



viernes, 6 de abril de 2012

TURBINAS DE REACCIÓN PURA.









La base del invento
Generalmente se emplea este tipo de turbinas cuando la potencia demandada es alta, pudiendo ser también de tipo misto (acción + reacción) . Se trata de turbinas que utilizan vapor para su funcionamiento. En ellas parte del vapor se expande en los distribuidores o conductos formados por la paletas fijas y parte en los formados por las paletas móviles. En estas últimas el vapor actúa simultáneamente de dos maneras, impulsándolas por la fuerza viva debida a la velocidad que le anima y por el efecto de reacción originado por su cambio de dirección y expansión a su paso por el conducto móvil. A la relación entre la caída del calor en la corona de paletas móviles y la total del salto se le denomina grado de reacción.


La turbina simple de reacción, es decir la formada por una corona de paletas fijas y otra de paletas móviles, no existe en la práctica, debido a que su velocidad periférica sería aún mayor que la de una turbina simple de acción ,para el mismo salto de calor; siendo pues preciso para obtener velocidades periféricas reducidas el disponer de un elevado número de elementos obteniéndose una turbina compuesta  compuesta de presión en que la caída de ésta queda fraccionada en muchos saltos mediante la disposición de coronas de paletas fijas  colocadas sobre la superficie exterior del estator,alternadas con otras de paletas móviles montadas sobre la superficie de un rotor de tambor. 

A su entrada en la turbina el vapor fluye sobre toda la periferia de la primera corona de paletas fijas, admisión total, en la que experimenta una caída de presión con elevación de velocidad y en la que adquiere una adecuada dirección con la que incide sobre la primera corona de paletas móviles a la que hace girar impulsando la,por acción y reacción, en la forma anteriormente dicha, y en la que sufre una segunda caída de presión; este proceso se repite alternativamente a través de las sucesivas coronas de paletas fijas y móviles, habiendo por consiguiente una expansión continua del vapor desde la admisión hasta la evacuación. En estas condiciones el volumen especifico del vapor va aumentando,teniendo también que hacerlo las secciones e paso sucesivas, y en consecuencia la altura de las paletas de las distintas coronas; pero como la construcción de esta clase resuklta muy laboriosa y de elevado coste, corrientemente se dispone de una serie seguida de coronas de la misma altura a la que se denomina expansión, y en la cual la longitud de las paletas es la que correspondería al promedio de volumen y velocidad de vapor en toda ella,resultando por tanto, en cualquier expansión demasiado largas las paletas de las primeras coronas y demasiado cortas las de las últimas; esto se corrige espaciando distintamente las paletas,  variando los ángulos de salida torciéndolas una vez que han sido colocadas en el rotor o en la envuelta, tomando como normales las paletas de las coronas centrales de cada expansión, cerrando un poco los ángulos de las anteriores y abriendo los de las posteriores.

Debido a la diferencia de presiones entre la cara anterior y posterior de cada paleta,los huelgos entre las paletas fijas y el rotor y entre las móviles y el estator han de ser lo más reducido posible para evitar las excesivas fugas a través de ellos de vapor sin efectuar trabajo, si bien se recupera en parte en las coronas posteriores.esta misma diferencia de presión en las coronas móviles da lugar a un empuje axial que ha de ser compensado por medio d eun pistón de equilibrio.

Las turbinas de baja presión se suelen construir de doble flujo, con lo que se reduce a la mitad la altura de sus paletas y se hace innecesario el pistón de equilibrio. La turbina de reacción pura es conocida con el nombre de Turbina Parsons, por haber sido ideada en 1884 por el ingeniero inglés Sir Charles A.Parsons.



Benito Sacaluga


Fuente : EGM-1957


martes, 3 de abril de 2012

LA SUBLEVACIÓN DE LA MARINA






Desde el comienzo de la guerra civil y a lo largo de toda la duración del régimen franquista, la versión oficial de los acontecimientos que tuvieron lugar en los buques de guerra españoles durante los días siguientes a la sublevación militar franquista contra el gobierno legitimo, no fue otra que el amotinamiento de la marinería y suboficiales para hacerse con los buques de la Armada. Nada más falso.

Desde este punto debemos dejar claro que los únicos marinos sublevados fueron aquellos que siguieron las consignas de los golpistas en orden de apropiarse de los buques y ponerlos al servicio de la sublevación militar, ellos fueron los únicos amotinados, jefes y oficiales que haciendo valer la fuerza de su rango obligaban a militares fieles a la República a levantarse en armas contra el gobierno. Los únicos sublevados y los únicos adheridos a la rebelión fueron los franquistas y aquellos que combatieron a sus ordenes y no aquellos que impidieron o intentaron impedir esta traición al legítimo gobierno de España.

Por otro lado, toda la literatura que se publicó durante el franquismo  sobre los acontecimientos sucedidos en la marina estuvo a cargo de altos cargos de la marina, bien pertenecientes a las tropas sublevadas, o bien, una vez terminada la contienda, de adeptos al régimen franquista, lo que contribuyó de forma contundente a la desvirtuación de los hechos reales, mostrando a los leales como rebeldes y a los insurrectos como héroes.

La información franquista se recrea en hacer aparecer a los marinos republicanos como autenticas bestias que una vez impedían la sublevación de la oficialía y la perdida de la nave no dudaban en pasar por la quilla a los sublevados, arrojarlos al mar encadenados o fusilarlos sin miramientos en cubierta. Cierto es que casos de este tipo se dieron pero fueron muy escasos y se produjeron fuera del alcance de los mandos republicanos.

Los oficiales franquistas, sofocada la rebelión inicial , fueron hechos prisioneros y entregados a los representantes de la autoridad en cada Base. Otra cosa es lo que haya sucedido después a consecuencia de la tardanza en juzgarlos, las dificultades para constituir los tribunales militares, las represalias y las acciones de los incontrolados; pero se puede decir que las dotaciones, en los primeros momentos de la sublevación, actuaron de acuerdo con las leyes militares y las normas de la guerra.

Nada se puede leer en las publicaciones franquistas de los fusilamientos que llevaron a cabo entre los altos mandos de la marina republicana pero la realidad es bien diferente, a ellos corresponde entre otros el fusilamiento del contralmirante Antonio Azarola Gresillón, jefe del Arsenal del Ferrol y ex ministro de Marina; al capitán de navío Sánchez Ferragut, comandante del crucero "Almirante Cervera", y al teniente de navío Sánchez Pinzón, de ese mismo crucero. Según el profesor Williard C. Frank, los sublevados «fusilaron 1.400 auxiliares y marineros, que representaban una décima parte del total de esos cuerpos de la Armada.

Son de sobra conocidos y, de tanto repetirlos, se han convertido ya en tópicos, una serie de apreciaciones sobre los diferentes estamentos de la Armada de la época: el conservadurismo y corporativismo de la oficialidad del Cuerpo General, mayoritariamente monárquicos; el viejo sentimiento de discriminación, tan generalizado entre los miembros  de los cuerpos auxiliares y subalternos, que ahora apreciaban las reformas tendentes a mejorar sus expectativas profesionales introducidas por el régimen republicano; la creciente politización y radicalismo de la marinería, cuyos sentimientos se acercaban cada vez más a los del obrero corriente de una fábrica cualquiera. Pero, a pesar de ello, y por multitud de razones, nadie puede imaginar a la Marina sublevándose en solitario contra la República o encabezando y dirigiendo la insurrección militar.


No puede extrañar, entonces, que los militares “africanistas” que venían preparando el golpe no prestasen demasiada atención a la Marina. Para llevar a cabo sus planes, para apoderarse de las capitanías y dominar las capitales y ciudades más importantes del país les bastaba el despliegue de la tropa y declarar el estado de guerra. Solamente necesitaban unos cuantos mercantes y transbordadores para pasar el ejército de África y a los moros a la península. Les bastaba con que la Escuadra permaneciese neutral y no interfiriese sus planes. Sabían de sobra que contaban con las simpatías de la inmensa mayoría de la oficialidad con mando en buques y arsenales, y eso, de momento, era suficiente. Ahora bien, tampoco es cierto que la Marina no estuviese al corriente de los preparativos que se estaban llevando a cabo para terminar con el régimen republicano. El historiador inglés Michael Alpert, autor de varias obras sobre temas militares de la República y de la Guerra Civil, ofrece detalles, procedentes de “Cruzada”, en los que se demuestra la existencia de esa coordinación entre la Marina y el grupo militares que encabezaban la conspiración. En su libro “La guerra civil en el mar”, Alpert da los siguientes nombres de marinos comprometidos en la preparación del golpe: el capitán de fragata Salvador Moreno y el teniente de navío José M.ª Otero Goyanes, que desde El Ferrol enlazaban con Mola por medio del teniente auditor Tomás Garicano Goñi por un lado, y con el jefe del Estado Mayor de la base de El Ferrol, capitán de navío Manuel Vierna, por el otro. Se citan también al contraalmirante Ruiz Atauri, Jefe del Arsenal y segundo de la Base de Cádiz; a los capitanes de fragata Galán Arrabal y Bastarreche; a los capitanes de corbeta Súnico, García de la Mata, Pemartín y La Rocha, con mando sobre diferentes barcos y submarinos de la Escuadra.

Daniel Sueiro, en su su libro “La Flota es roja”, menciona al vicealmirante Javier de Salas, jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA) y al capitán de corbeta Ibáñez Aldecoa, comandante de la Estación de Radio de Ciudad Lineal, como los máximos responsables de la conspiración, dentro de la Marina, en Madrid. Es decir, que la Marina estaba informada de los planes de la insurrección militar a través de una red de enlaces que abarcaba todas las bases y buques.

Conocida la sublevación de las tropas de Africa, iniciada por el teniente coronel Yagüe, en Melilla, el viernes 17 de Julio, las primeras órdenes del Gobierno y del equipo de emergencia que empieza a funcionar en el Ministerio de Marina son para que los barcos de guerra disponibles salgan a patrullar las costas en la zona del Estrecho. Paralelamente, Balboa arresta, pistola en mano, al comandante de la Estación Radio de Ciudad Lineal, al manifestar éste su connivencia con los sublevados. Dueño ya Balboa de las comunicaciones de la Armada, envía un primer mensaje a todos los operadores de radio de los buques para que comuniquen, cada dos horas y “en claro”, la posición del buque. El cumplimiento o no de esa orden era la única forma de saber si el buque permanecía leal al gobierno o se había pasado a los sublevados.

Acorazado Jaime I

Dos hechos parecen indiscutibles: la superioridad de conjunto de la flota gubernamental, la Flota Republicana, en lo que a número y clase de barcos se refiere, y la aún más apabullante superioridad de la flota sublevada en las aguas del Cantábrico. Pero un barco de guerra no funciona solo, precisa de una oficialidad altamente especializada y experimentada, y de una dotación no menos adiestrada en el manejo de los sofisticados sistemas de defensa y ataque, en la realización, precisa y rápida, de las maniobras. Además del factor humano, en la mayor o menor eficacia operativa de un buque de guerra influyen también toda una serie de aspectos logísticos, que van desde la proximidad o lejanía de las bases y las distintas características de éstas, hasta la seguridad en los suministros o el contar con infomación puntual y exacta de los movimientos del enemigo. Todos esos aspectos, más la decidida intervención  de la Marina alemana en favor de los sublevados y, sobre todo, de la italiana, no solamente equilibraron la balanza, sino que la inclinaron definitivamente del lado de los sublevados.

La escasez de oficiales del cuerpo general en la Flota republicana se hizo patente desde los primeros días. A lo reducido de su número hubo que ir restando las bajas por traición, deserción, colaboración y pasividad ante el enemigo. De las múltiples cifras y datos que al respecto ofrecen los especialistas en el tema, hay dos que menciona Alpert y que me parecen extremadamente significativos: la primera es que de todos los buques que permanecieron leales al gobierno republicano, solamente los capitanes de fragata Valentín Fuentes, del “Lepanto”, y Federico Aznar, del “Tofiño”; los capitanes de corbeta Mariano Romero, del “C-6”; José Lara, del “C-1”; Miguel Buiza, del “Cíclope”, y los tenientes de navío, Fernando Oliva, del “T-14”; Armada, del “Xauén”, y Araoz, del “Tetuán”, conservaron el mando de sus buques en los días inmediatamente posteriores a la sublevación; de ellos, Romero se pasó a los nacionales y Lara se sospecha que hundió el submarino que mandaba. El segundo aspecto es el referido a la deserción; ese fue el caso de los comandantes de los submarinos “C-2” y “C-4”, después de haberlos mantenido inoperativos en los puertos republicanos del Cantábrico y conducirlos a puertos franceses; también el de muchos oficiales del destructor “José Luis Díez”, que terminaron desertando en un puerto inglés.  

En lo que se refiere a las bases, los sublevados consiguieron apoderarse de las de Cádiz y El Ferrol, mientras que el gobierno retuvo la de Cartagena, donde, paradójicamente, los partidarios de la insurrección eran más numerosos y estaban mejor organizados. Las ventajas de los sublevados son también evidentes en este caso. Tienen en su poder El Ferrol, entonces la mejor base del país, estratégicamente situada en el Norte, en el límite del radio de acción de la aviación republicana; en sus astilleros se encuentran en avanzada fase de construcción dos cruceros, el “Canarias” y el “Baleares”, que habrían de intervenir con desigual fortuna en la contienda; y los minadores, dos de los cuales, el “Júpiter” y el “Vulcano” serían botados depués del inicio de la guerra y participarían en la campaña del Cantábrico. La base de Cádiz va a jugar un importante papel, tanto por su proximidad a Africa, que la convierte en uno de los puertos de desembarco de las tropas africanas, así como de los envíos marítimos italianos, y punto de apoyo fundamental que va a permitir a la Marina sublevada asegurar en el futuro el control del Estrecho. Hay que anotar también a los insurrectos el acierto que supuso la construcción de otra base naval en Palma de Mallorca, vital para operar en el Mediterráneo, cuyo valor estratégico no supieron calibrar en su debido momento las autoridades republicanas, por lo que no dieron a su conquista la importancia que después se vio que tenía.  

Por todo ello, a la Flota republicana no le quedaba otra alternativa que embotellarse en Cartagena, ofreciendo un fácil blanco a los ataques aéreos, sin buenos astilleros y alejada del Estrecho y no digamos ya del Cantábrico. Se intentaron levantar bases avanzadas en Bilbao y Málaga, pero la pronta caída de ambas ciudades en manos de los nacionales, impidió que esos proyectos llegasen a materializarse.

En El Ferrol, además de la base secundaria de Marín, las escuelas y el polígono de tiro, quedaron en poder de los sublevados el crucero "Cervera", que se encontraba en dique limpiando fondos y reparando; los cruceros "Canarias" y "Baleares", en fase de armamento, con el capitán de navío Francisco Moreno como comandante de quilla; el viejo acorazado "España", salvado del desguace; el destructor "Velasco" que había llegado de Marín y estaba reparando; el transporte "Contramaestre Casado"; los torpederos "Nº 2" y "Nº 7"; y en fase de construcción los minadores "Júpiter", "Vulcano", "Neptuno" y "Marte". En Marín se encontraban el torpedero "Nº 9"; los guardacostas "Bañobre" y "Castelló"; el remolcador "Ferrolano", la escuadrilla de hidros "Savoia" y "Maschi"; y el guardacostas " Martin” en La Graña.