martes, 19 de octubre de 2010

UN TESTIGO DE LA EJECUCIÓN






Reproduzco a continuación el testimonio de un testigo casual del fusilamiento de Benito Sacaluga, publicado en Memoria Histórica de Cartagena, su último grito es la denuncia extrema. La denuncia de un sistema exento de libertades, impuesto por la fuerza de las armas, de un sistema que destruye en él cualquier duda refugiándose en la democracia representada por la República haciéndola así justa causa de su muerte.

Una mañana, ya acabada la guerra, Juan que entonces tenia 15 años se sitúo en un promontorio en el barrio de la concepción, cerca de la rambla de Benipila desde donde se podía ver el patio de deportes del arsenal militar, ya que la muralla tenia una altura inferior a la actual, desde allí pudo ver un grupo de hombres armados, entre ellos reconoció a uno, bajito y rechoncho, era el sin duda, D. Benito. Le había servido las muestras de comida en la sede del estado mayor donde trabajaba como pinche de cocina.  
D. Benito y los demás fueron conducidos cerca del muro donde ya no le podía ver, pero pude oír como un oficial pregunto ¿tienen algo que decir?….y se pudo oír en voz alta, ¡VIVA LA REPUBLICA!. Sin duda alguna era Benito Sacaluga Rodríguez. Una persona de trato agradable y entrañable.

Juan el pinche de cocina era: Juan Gómez Hurtado, hijo de Juan Gómez Rodas fogonero de la Armada en aquella época desaparecido.



14 de Abril de 2009


Homenaje ante la fosa común donde descansan los restos de 51 marinos republicanos y dirigentes obreros asesinados por los franquistas en abril de 1939 inicialmente enterrados en la Parcela X del Cementerio de Los Remedios de Cartagena.

La espuma de las aguas, a esas horas
aún dormidas,
alejadas de la luz de las noches,
que aplicadas
intentan borrar
la muerte sin sentido,
consiguiendo así dibujar
la sangre derramada,
insulto póstumo
a los asesinos
aún anónimos. 


Benito Sacaluga


domingo, 17 de octubre de 2010

A LOS MAQUINISTAS DE TODAS LAS MARINAS.





Una buena noticia.-

Según publica la Asociación de Memoria Histórica de Cartagena en su web se están efectuando trámites para que en la tumba común del Cementerio de los Remedios de Cartagena, donde reposan los restos de mi abuelo junto con los de otros marinos asesinados por el ejercito golpista, se rotule el nombre y apellidos de los que allí acabaron, poniendo fin después de más de 71 años al anonimato de las victimas.

A continuación reproduzco una composición publicada en el diario "Avante", donde también escribía mi Abuelo, firmada por Celestino Onaindia  el  20 de septiembre de 1938, incluida en la instrucción del proceso como prueba de cargo.





A la dotación de máquinas del glorioso destructor
"JOSÉ LUIS DIEZ"
Simbolizada en su jefe, ALFONSO GARCÍA MARTINEZ

El José Luis Diez abriendo fuego
contra el minador Vulcano.


Zumbidos que ensordecen las cámaras de acero,
donde la maquinaria trepida si cesar...
Calores que derriten músculos poderosos
mientras las lanzaderas repiten su tic, tac.

Titanes que acarician con mano enfebrezida
volantes y palancas de mágico poder...
siendo alma en las entrañas,donde fraguan la vida
con el fuego y el hierro y el humano saber.

Superan sus esfuerzos en mil actividades
en su infierno flotante,con celo sin igual.
!Seres incomprendidos forjan velocidades
que son arma y escudo en táctica naval!

Cuarenta mil caballos de fuerza propulsora
le dan su poderío de galgo de la mar;
cuarenta mil caballos, que , al par de producirlos,
con precisión serena tienen que dominar.

Dependiendo en gran parte de los seres que animan
en los antros profundos la presión del vapor...
!De los hombres, la vida, la eficacia del mando;
de las armas, el triunfo; de la Patria ,el Honor.

Héroes desconocidos, de vidas deslucidas,
de almas fortalecidas ,templadas al dolor;
de vidas silenciadas, con las sienes ungidas
por las cavilaciones y el copioso sudor.

En vigilia, sus cuerpos;los sentidos, despiertos,
en continua escrutinio, con el alma en tensión,
van clavando sus ojos en sensibles agujas
que acusan misteriosas cifras de relación.

Está en la maquinaria el blanco codiciado
para alcanzar la muerte del centro más vital
donde los sincronismos y huelgos de las piezas
obedecen a un orden infinitesimal.

Conscientes de la lucha que fuera se desata
sabiendo que son carne propicia a perecer
envuelta en los vapores de tubos que revientan
y abrasan sus pulmones, sus cuerpos atormentan...

Y luego el agua santa, con su sudario cierto,
con su caricia fría, termina su misión
entrando en arietazo por el boquete abierto
por la salva o torpedo bajo la flotación.

!Serenos...porque saben cumplir su cometido
por ser hijos del Pueblo, que , al fuer de batallar
con grandes sinsabores,con grandes sacrificios,
lograron visión clara, que es luz del ideal!

Y todo cuanto valen lo ofrendan convencidos
que es misión sagrada de seres elegidos

!!MORIR PARA QUE TRIUNFE LA HUMANA LIBERTAD!!







Benito Sacaluga